Antecedentes

26 años después de la vigencia, el TLCAN fue sustituido por el Tratado México-EU-Canadá (T-MEC), que implanta las nuevas reglas de origen dirigidas, en particular, al sector automotriz.
En la actualidad, la industria automotriz en México recibe una atención especial como clave del crecimiento industrial del país contribuyendo un 3% al PIB nacional y generando un gran empleo. Este sector recientemente recibe una gran IED proveniente de Japón bajo el esquema del Acuerdo de Asociación Económica (AAEMJ) entrado en vigor desde 2005.
Mediante el auge de la IED japonesa en México, en 2016, por primera vez en la relación histórica, el número de empresas japonesas en México alcanzó las 1,000 compañías, y la población nipona en este país pasó de 10,000 personas.
El T-MEC que entró en vigor a partir de julio de 2020 está cambiando el comportamiento y la estrategia de las empresas japonesas en México debido a que deben cumplir con sus nuevas reglas (p.ej. requisitos de contenido regional de vehículos a 75%: frente a 62.5% del TLCAN) y otro requisito de salario mínimo de 16 dólares por hora para 40% del contenido de valor en vehículos.
Ante este acontecimiento, la situación se complicó con la llegada de la pandemia provocada por Covid-19 en 2020. La restricción de las actividades económicas (no esenciales) durante todo el año afectó gravemente a diversas industrias incluyendo la automotriz.
El flujo de la IED se estancó durante los años 2020-2021, el cual, si bien, se debe no solamente a la contingencia sanitaria a nivel global sino también a las políticas que toma la administración federal.

Jalisco no es excepción. La tendencia a la baja de la recepción de la IED desde 2015 a 2018 iba a acabarse en 2019. No obstante, la pandemia ha afectado también al Estado. A pesar de una ligera recuperación en 2020, se observa una complicación en cuanto a la recepción de la IED en 2021.

Así mismo, el incremento de las empresas japonesas incursionadas a México, que comenzó a partir de 2012, está mostrando una pausa en los últimos años.

La pandemia por Covid-19 y el mundo cambiante nos dejó diversos pendientes. La contingencia sanitaria y la reciente guerra entre Ucrania y Rusia nos está obligando la relocalización de plantas y fábricas que forman parte de cadenas globales de valor a zonas más cercanos geográficamente a su casa matriz, debido a diversos incidentes ocurridos ya sea de la falta de componentes claves para la producción u otros productos que han sido importados. Esta tendencia internacional de nearshoring estará ofreciendo a México las oportunidades de colaborarse con las empresas extranjeras incluyendo japonesas con tal de que México ofrezca infraestructuras suficientes y también incertidumbre de ambientes de inversión.

Se debe tomar en cuenta también otro cambio mundial hacia una mayor protección del medio ambiente. El calentamiento global y la reducción de la emisión del gas con efecto invernadero son temas sumamente urgentes. Para ello, actualmente diversos sectores industriales, en particular, automotriz están viendo una mayor introducción de vehículos eléctricos con la finalidad de reducir la emisión de CO2. El Estado de Jalisco, en esta tendencia, ha atraído la inversión de una ensambladora-fabricante de autobuses y camiones tácticos eléctricos.

La relación entre México y Japón se ha estrechado gracias al AAEMJ, y el propio Acuerdo establece la cooperación bilateral en diversos ámbitos: uno de ellos es el medio ambiente. Tras casi dos décadas del fortalecimiento del vínculo económico, ahora se requiere un enfoque diferente que sea más sostenible en el desarrollo mutuo.